Cómo organizar la distribución y el reparto de tareas
En numerosas ocasiones, la adaptación del puesto de trabajo no es nada material (como por ejemplo adquirir nuevos equipos o usar productos de apoyo) sino que puede consistir únicamente en modificar aspectos organizativos. Este tipo de intervenciones, si son posibles, son muy efectivas y tienen un coste muy bajo o nulo. Algunos ejemplos son los siguientes:
Otra posibilidad es lo que se conoce como reorganización de trabajo. La reorganización se aplica a la naturaleza del trabajo y, en su forma más simple, implica suprimir las actividades no esenciales del trabajo que se encuentran más allá de la capacidad de una determinada persona. Esto, obviamente, requiere un análisis detallado para identificar las demandas y capacidades mentales, físicas y sensoriales involucradas en la actividad. El examen detenido de dicho análisis, junto con la discusión con el interesado y demás personas involucradas, puede desvelar las partes del trabajo que se consideran esenciales y aquéllas que no lo son. Estas últimas pueden eliminarse o asignarse a otra persona. Por ejemplo, una actividad ocasional de un cajero es la recarga del cajero automático. Si el trabajador es usuario de silla de ruedas, puede que le sea imposible acceder a la parte trasera del cajero. La reorganización, en este caso, implicaría repartir esta tarea entre el resto de compañeros. Como contraprestación el trabajador puede realizar alguna tarea adicional de los demás para la que esté preparado. |
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